martes, 23 de marzo de 2010

NUNCA MÁS, un 24 de Marzo de 1976

El Centro de Participación para la Paz y los Derechos Humanos – CePaDeHu – invita al ejercicio de la memoria, e insta a todas las personas a reflexionar sobre las consecuencias del Golpe Cívico - Militar del 24 de marzo de 1976 que instaura en Argentina la Dictadura Militar más cruel y perversa.

Este gobierno, autodenominado "Proceso de Reorganización Nacional", designo como presidente de facto a Jorge Rafael Videla. Y dispuso que la Armada, el Ejército y la Fuerza Aérea compondrían el gobierno con igual participación.

El Estado, que debía garantizar los derechos humanos de todas las personas, se convirtió en un aparato de terror y muerte, al servicio de una oligarquía y un sistema económico de sumisión. Generando la exclusión e impidiendo el desarrollo de una sociedad más justa e independiente.

El gobierno de la Dictadura Militar se sostuvo en el poder, en parte por el silencio, la complicidad de miles de buenas personas que “no se metían” y que creían que a quienes les pasaba algo era “porque en algo andaban” y por el apoyo de grupos económicos – empresas – que informaban y entregaban a sus empleados y empleadas.

La Dictadura Militar, suspendió la actividad política, los derechos de los trabajadores, intervino los sindicatos, la CGT, la Confederación General Económica, prohibió las huelgas, disolvió el Congreso, los partidos políticos, destituyó la Corte Suprema de Justicia, suspendió la vigencia del Estatuto del Docente, clausuró locales nocturnos, ordenó el corte de pelo para los hombres, quemó miles de libros y revistas considerados peligrosos, censuró – algunos - medios de comunicación…

El informe de la Conadep, Nunca Más, dice que la distribución según ocupación y profesión de las personas desparecidas es: Obreros 30,0% - Estudiantes 21,0% - Empleados 17,8% - Profesionales 10,7% - Docentes 5,7% - Conscriptos y personal subalterno de las Fuerzas de seguridad 2,5% - Amas de casa 3,8% - Autónomos y varios 5,0% - Periodistas 1,6% - Actores y artistas 1,3% - Religiosos 0,3%

El Golpe de Estado Cívico - Militar que comenzó el 24 de marzo de 1976, generó INSEGURIDAD y violaciones a los Derechos Humanos. 30 mil personas secuestradas, detenidas, torturadas, asesinadas y desaparecidas. Toda una generación de jóvenes, hombres y mujeres.

Que no te digan entonces que en “la época de los militares había seguridad”


El Centro de Participación para la Paz y los Derechos Humanos - CePaDeHu - es una organización de la sociedad civil, sin fines de lucro, independiente de toda ideología política y religiosa que promueve espacios de participación en las comunidades donde se encuentra. www.cepadehu.blogspot.com - cepadehu@gmail.com

lunes, 8 de marzo de 2010

REFLEXIÓN: Día de la mujer...el día después



El día de ayer, los medios mencionaban el día internacional de la mujer, en la mayoria de las notas, era sorprendente como fortalecian la relación MUJER = MADRE. Desconociendo a muchas otras que no lo son, no lo desean o no pueden.

Claudia Laudano, especialista en temas de género ha traducido para su publicación este maravilloso poema de Joy Harjo - estadounidense nativa, Harjo narra la desesperante situación de una mujer, posiblemente a punto de cometer suicidio, para enfocar de manera muy literal y dolorosamente física la posición marginal de las mujeres.


La mujer que cuelga de la ventana del piso trece

Ella es la mujer que cuelga de la ventana del piso 13.
Tiene los nudillos blancos de aferrarse a la moldura de cemento del edificio de departamentos.
Cuelga de la ventana del piso 13 en Chicago este, con un revoloteo de pájaros sobre su cabeza. Podría ser un halo, o una tormenta de vidrio que esperara aplastarla.

Piensa que será puesta en libertad.

La mujer colgada de la ventana del piso 13
En la parte este de Chicago no está sola.
Es una mujer con chicos, con un bebé, Carlos, y con Margaret, y con Jimmy, el mayor.
Es la hija de su madre y el hijo de su padre.
Rota en varios pedazos entre dos esposos que ha tenido.
Es todas las mujeres del edificio de departamentos que están mirándola, mirándose.
Cuando era joven comía arroz silvestre sin dejar un grano en cálidas habitaciones de madera. Eso era muy al norte, y ella era una beba entonces. La acunaban.

Ve el lago Michigan lamer las costas de sí misma.
Es un pozo de agua tambaleante y los ricos viven en altas casas de cristal en sus orillas.
En algunos lugares el lago Michigan habla suavemente, aquí, sólo barbotea y se empalma con el asfalto.
Ella ve otros edificios como el suyo. Ve otras mujeres colgadas de ventanas de muchos pisos contando sus vidas en las palmas de sus manos, y en las palmas de las manos de sus hijos.

Es la mujer colgada de la ventana del piso 13 del lado hindú de la ciudad. Su vientre está blando por los nacimientos de sus hijos, su levis gastado cuelga debajo de su cintura, y después sus pies, después su corazón.
Ella está pendiendo.

La mujer colgada de la ventana del piso 13 oye voces.
Vienen hacia ella en la noche cuando las luces se han hecho tenues.
A veces son gatitos maullando y rasguñando la puerta, a veces son la voz de su abuela, y a veces son gigantescos hombres de luz susurrándole que se levante, que se levante, que se levante.
Eso es lo que quiere tener otro hijo a quien aferrarse en la noche, para poder volver a dormir.
Y la mujer colgada de la ventana del piso 13
Oye otras voces. Algunas le gritan desde abajo que salte, la empujarían.
Otras sollozan suavemente en los cordones, alzan a sus niños como flores y los estrechan en sus brazos. La ayudarían como a sí mismas.

Pero es la mujer que cuelga de la ventana del piso 13, y sabe que cuelga de sus propios dedos, su propia piel, su propia hebra de indecisión.

Piensa en Carlos, en Margaret, en Jimmy.
Piensa en su padre y en su madre.
Piensa en todas las mujeres que ha sido, en todos los hombres.
Piensa en el color de su piel, y en las calles de Chicago, y en cascadas y pinos.
Piensa en noches de luna llena, y en frescas tormentas de primavera.
Su mente chisporrotea como el neón de los bares del lado norte.
Piensa en la soledad de las 4 a.m. que la envolvió como la muerte, discordante, sin lógica ni bella conclusión. Se le astillas los bordes de los dientes.
Hablaría.
La mujer que cuelga de la ventana del piso 13 llora por la belleza perdida de su propia vida. Ve el sol cayendo al oeste sobre la planicie gris de Chicago.
Cree recordar haber escuchado su propia vida soltándose, mientras cae de la ventana del piso 13 de es parte de Chicago, o mientras vuelve a trepar para reclamarse a sí misma otra vez.


Haciendo historia…

La Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas fue la que proclamo el Día Internacional de la Mujer Trabajadora en 1910, (no dio una fecha solo dijo una vez al año) se festejo por primera vez el 19 de marzo de 1911 en Alemania, Austria, Dinamarca y Suiza. Una semana después fue el incendio de la fábrica Triangle donde murieron 140 jóvenes trabajadoras, la mayoría inmigrantes.
Se celebra el 8 por que en 1917, como reacción ante los 2 millones de soldados rusos muertos en la Primera Guerra Mundial, las mujeres rusas se declararon en huelga en demanda de "pan y paz". Los dirigentes políticos criticaron la oportunidad de la huelga, pero las mujeres la hicieron de todos modos. El resto es historia: cuatro días después el Zar se vio obligado a abdicar, y el gobierno provisional concedió a las mujeres el derecho de voto. Esto paso un domingo 23 de febrero, según el calendario juliano utilizado entonces en Rusia, o el 8 de marzo, según el calendario gregoriano utilizado en otros países.

martes, 2 de marzo de 2010

REFLEXIÓN: Discriminación escolar y estereotipos

Pablo Fernández Blanco publicado en EL UNIVERSAL , Febrero de 2010

En la base de los prejuicios existe una visión autoritaria e inflexible de incompatibilidad valórica

En el artículo anterior comentamos que la discriminación en sentido negativo se funda en estereotipos y prejuicios que menoscaban la dignidad de las personas, los cuales tienen una incidencia fuerte en la educación.

Los estereotipos actúan como categorizaciones o asociaciones automáticas y son los mecanismos que más inciden en la permanencia de los prejuicios sociales. La gente que asume perfiles estereotipados de los demás actúa con suspicacia, frialdad, distancia, a la defensiva y desarrollando conductas que confirman el estereotipo y la categorización. Frases como "todos los negros son marginales", "todos los indígenas son flojos", "todos los niños son incapaces de ejercer sus libertades responsablemente" son sólo algunos de los estereotipos que solemos oír y son reforzados muchas veces por lo que Althusser denominó los diversos "aparatos ideológicos del Estado" (familia, escuela, iglesias, medios de comunicación, partidos políticos).

Los pobres No obstante, los estereotipos pueden resultar útiles si calzan con ciertos roles sociales comunes y aceptables. En el caso venezolano, por ejemplo, la estereotipación de los pobres durante décadas ha generado un sentido de pertenencia grupal, que lejos de subsumir en la condición de "pobre" (y todo lo que se encierra detrás de esa calificación) ha llevado a que quienes son encuadrados en ese estereotipo se fortalezcan identitariamente y asuman, a partir de las transformaciones políticas y sociales en proceso, un rol activo como sujetos de derecho.

Respecto a los prejuicios hay quienes atribuyen su origen a sentimientos de frustración, rabia, ansiedad y temor producidos por un grupo en relación con otro, al cual consideran un obstáculo en el logro de sus objetivos. Otros autores consideran que en la raíz del prejuicio está el temor a la incidencia de un agente externo sobre la vida intragrupal, por los niveles de influencia o la transpolación de valores o elementos culturales incómodos.

En la base de los prejuicios existe una visión autoritaria e inflexible de incompatibilidad valórica, es decir, la creencia de que los valores propios son los verdaderos, los mejores y por ende los que siempre triunfarán, por lo cual no puede existir ningún compromiso con otro conjunto alternativo de valores.

Quienes trabajamos en el campo de la educación en derechos humanos hemos convivido con una serie de prejuicios construidos desde la estructura escolar en torno a los riesgos y desviaciones que implica una educación para la libertad y el ejercicio de los derechos humanos por parte de los niños, niñas y adolescentes. La resistencia a la incorporación de prácticas coherentes con los derechos humanos en la escuela parte del choque entre dos esquemas valóricos, uno asentado en la autoridad/mando, el orden y la disciplina mal entendidas como ejes fundamentales de la rutina escolar, frente a la autoridad/servicio, la organización consensual y la disciplina democrática que ofrece la educación en derechos humanos.

Continuaremos abordando el tema.